Alto contenido surrealista




Philipina Bitch
Espacio La Escalera, sábado 25 de agosto



Una grata sorpresa se llevaron los cerca de doscientos asistentes al lanzamiento del disco (Té, papaya y completos) del novísimo grupo penquista Philipina Bitch, el pasado 25 de agosto en el centro cultural La Escalera de Concepción. Grata, principalmente, por el amplio crisol de influencias musicales y estéticas implícitas en la presentación, que tuvo una excelente puesta en escena con proyecciones de diapositivas y líquidos de colores, videos realizados por integrantes de la banda junto al Colectivo de la Ocasión para la canción "Tienes suerte" y un empapelado con dibujos de varios artistas de la zona (incluido Vadim Strika, autor de la carátula del disco), que una vez finalizada la actuación fueron regalados a la audiencia.

El concierto, de unas dos horas de duración, se caracterizó en efecto por la gran variedad estilística de su contenido, que osciló entre canciones de corte folk como "No miro nada más" y piezas de rock abiertamente sicodélico bajo fuerte influencia de los Beatles (en particular del "white album" de 1968) y los Pink Floyd de Syd Barret. Partiendo por una introducción en piano llamada "285", pasando por una que otra canción cercana al jazz guachaca de Roberto Parra y por varias otras de mínima duración y hermosas melodías, como "Oh amigo Bruno" o "La vecina me gritó” –que hacen pensar en la estética infantilista de 31 Minutos (probablemente otro ingrediente en el amplio caldero de influencias de Philipina Bitch) –, el grupo produce, en fin, un resultado bien sui generis que podría ser definido como música de alto contenido surrealista, donde la libertad artística parece ser la principal directriz.

Otro elemento que aportó dinamismo a la presentación fue el repertorio, alternado con una larga lista de versiones que incluyó, entre muchas otras, "Yer blues", de los Beatles, "El derecho de vivir en paz", de Víctor Jara, "Take up thy stethoscope and walk", de los citados Floyd, y "Manic depression", de la Jimi Hendrix Experience. Además, la joven banda contó con una buena cantidad de invitados, entre los que figuran Francisca Barbieris (que cantó una canción y fue presentada irónicamente como la "Janis Joplin chilena"), el gran baterista Iván Molina (que los acompañó prácticamente toda la jornada y aportó una sólida base roquera a las canciones) y la agrupación de percusiones africanas Sankofa. Con ellos desarrollaron una adrenalínica y energética improvisación que terminó en baile, y a la que se sumaron algunos integrantes del público que, a esa altura de la noche, ya se hallaba completamente compenetrado y comunicado con la agrupación.

Hay que resaltar lo mucho que se agradece por estos días un proyecto musical (y sobre todo artístico) esencialmente limpio, creativo y libre como Philipina Bitch, con canciones simples (pero para nada convencionales o típicas) y bellas líneas melódicas. Especialmente en una ciudad en que la parafernalia y el artificio instrumental, por lo general innecesario, han sido con frecuencia usados para ocultar talentos creativos limitados o contaminados por prejuicios y grandilocuencia inconsistentes. En este caso, y muy al contrario de aquellos otros, del comienzo de Philipina Bitch habrá que decir sonriente: "poco ruido y muchas nueces".




Escrito por Mauricio Melo
Video Chino Regla, Rodrigo Contreras, Paulina Caamaño

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